Muchas bacterias poseen información génica contenida en
moléculas de ADN distintas a las del cromosoma bacteriano denominadas
plásmidos. El ADN plasmídico no porta información genética esencial para
la vida de la bacteria, pero sí porta genes que le confieren nuevas propiedades
fenotípicas y que en algunos casos le son útiles para su adaptación al
crecimiento en determinados ambientes.
Algunos plásmidos pueden replicarse
unidireccionalmente, es decir, una horquilla sale del origen y progresa a lo
largo del ADN causando una serie de mutaciones espontáneas (una cada diez millones a diez billones de pares de bases replicadas) provocando un cambio en el
contenido de genes que codifican enzimas
capaces de degradar algunos antibióticos, por lo que permite que la bacteria sobreviva
a la acción de los mismos.
Bibliografía:
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